Goya fue evolucionando visiblemente en su técnica pictórica a lo largo de los años. En estas pinturas negras puedes observar una pincelada suelta y deshilachada, llena de fuerza expresiva, colores pardos, ocres y negruzcos y, a veces, contrastes de luces-sombras muy acusados. No le importa el realismo sino el reflejo de lo horrendo mediante formas desencajadas, alteradas, expresiones terribles y gestos esperpénticos.
Saturno devorando a su hijo Dos viejos comiendo